lunes, 16 de mayo de 2011

BIO MASA DOC 2

¿Y qué cambia?
Cambio 1: Cambios energéticos – combustión de biomasa para calor y
bioelectricidad
Actualmente, la Autoridad Internacional de Energía informa que el 10.1% de la energía
primaria mundial proviene de la biomasa, principalmente madera, estiércol y paja
quemada para usos tradicionales de cocina y calefacción. Sin embargo, predice que para
2030 esta cantidad podría aumentar a 25%,212 un aumento en gran escala que refleja la
nueva carrera comercial para la combustión de biomasa con el fin de generar electricidad.
Una fruta al alcance de la mano
En muy pocos años, la industria de la electricidad ha abrazado la combustión de biomasa
como estrategia para no solamente reducir los costos sino también captar créditos de
carbono y cumplir objetivos de energía renovable. Ya existen centrales eléctricas de
biomasa en más de 50 países en todo el mundo, que abastecen una creciente porción de
electricidad. A escala mundial se estimaba a fines de 2009 que había unos 54 GW de
capacidad de energía obtenida de biomasa.213 En muchas formas, la combustión de
biomasa es la fruta al alcance de la mano del mundo de la energía renovable. Requiere
muy poca o ninguna tecnología nueva y puede implementarse fácilmente en las
instalaciones industriales existentes tan solo cambiando la materia prima de aceites
minerales a aceites vegetales, o de carbón a pélets de madera (piezas de aserrín
compactado). En ese sentido, autoridades nacionales y regionales a menudo apuntan a la
combustión de biomasa como una forma sencilla de “transición” a una energía
supuestamente renovable. En particular se ha vuelto muy generalizada la práctica de
quemar madera en las centrales eléctricas que funcionan a carbón. Esto se hace
simplemente mezclando biomasa con carbón en las cámaras de combustión de las
centrales, que a su vez activan turbinas a vapor.
Combustión de biomasa en Estados Unidos
Más de un tercio de toda la electricidad generada en Estados Unidos se deriva de la
biomasa – lo que lo convierte en el mayor productor de energía de biomasa del
mundo.214 Desde octubre de 2010, la organización de activistas Energy Justice Network
identificó en Estados Unidos más de 540 instalaciones de energía industrial con
combustión de biomasa y otras 146 en vías de construirse.215 Ochenta fábricas de
energía a biomasa conectadas a la red eléctrica en 20 estados de Estados Unidos generan
actualmente unos 10 GW de energía,216 lo que representa la mitad de toda la “energía
renovable” del país, en una industria con un valor de 1000 millones de dólares.217 Desde
2000, la generación de biomasa en la red eléctrica aumentó 25% hasta aproximadamente
2 500 megawatts, según la Biomass Power Association.218
Energía a partir de biomasa del Sur
Según REN21 (Red de política energética renovable para el siglo XXI), la energía
obtenida a partir de la biomasa también ha crecido sustancialmente en el Sur global,
especialmente en los llamados países BRICS (Brasil, India, China y Sudáfrica). Otros
países con producción de bioelectricidad son Costa Rica, México, Tanzania, Tailandia y
Uruguay. La proporción de energía de biomasa de China en 2009 era de 3.2 GW y el país
planea producir hasta 30 GW para 2020. India apunta a 1.7 GW de capacidad para 2012.
Brasil tiene más de 4.8 GW de electricidad de biomasa, casi enteramente producida a
partir del bagazo en los ingenios azucareros.219
Los costos de la electricidad derivada de biomasa I: engulléndose campos y bosques
El impacto más directo de las nuevas fábricas de electricidad a partir de biomasa es la
creciente demanda de biomasa, principalmente madera, necesaria las 24 horas al día para
mantener las turbinas en funcionamiento. Según un informe sobre la disponibilidad de
biomasa preparado por el Departamento de Recursos ambientales de Massachussets, se
necesitan 13 mil toneladas de biomasa verde para generar un megawatt de energía de
biomasa durante un año.220 Como afirma el activista estadounidense Josh Schlossberg,
esas fábricas están con “las fauces abiertas en espera de un suministro constante de
bosques”.221
La mayor central de energía de biomasa con combustión de leña del mundo, la fábrica
Prenergy, en Port Talbot, Wales (actualmente en construcción), aspira a importar más de
3 000 millones de toneladas de astillas de Estados Unidos, Canadá, América del Sur y
Europa del Este. Según la organización de control ciudadano Biofuelwatch, la superficie
terrestre necesaria para cultivar esa cantidad de biomasa podría ser tan grande como
medio millón de hectáreas – lo que asegura la deforestación anual de una superficie el
triple del tamaño de Liechtenstein.222
Los costos de la electricidad de biomasa II: amenazas a la salud humana
“Veo asociaciones muy fuertes y significativas entre amigdalitis, tos frecuente,
síndrome de croup, agitación inducida por el ejercicio, alergias a determinados
alimentos y exposición al humo de la combustión de madera en nuestros niños en edad
escolar. Creo que el humo de leña es uno de los contaminantes aéreos más dañinos”. -
Gerd Oberfeld, M.D., epidemiólogo, Oficina de Salud Pública – Unidad de Salud
Ambiental, Salzburgo, Austria223
La combustión de biomasa puede ser “natural” pero sigue siendo un riesgo importante
para la salud de las comunidades que viven cerca de las instalaciones a gran escala.
-Una estimación de 1997 de la Organización Mundial de la Salud ubicó el número de
muertes prematuras provocadas por la inhalación de humo de leña, principalmente de
fogones domésticos, entre 2.7 y 3 millones de personas.224 La primera causa de esas
muertes parecen ser los efectos de partículas finas y ultrafinas que penetran
profundamente en los pulmones.
-La EPA de Estados Unidos estima que el riesgo de contraer cáncer a lo largo de la vida
es 12 veces mayor por la inhalación de humo de leña que por un volumen igual de humo
de cigarrillo en fumadores pasivos.225 Según un cálculo de la EPA, la combustión de un
cuarto de tonelada de madera produce la misma cantidad de partículas mutagénicas que
manejar 13 autos alimentados a gasolina, 16 mil kilómetros cada uno con un rendimiento
de 8.5 kms por litro. 226
-Los niños que viven en comunidades donde es frecuente que haya humo de leña
presentan disminución de la capacidad pulmonar y aumento de ataques de asma,
frecuencia y severidad de enfermedades respiratorias generales, más cantidad de visitas a
las salas de emergencia y mayor ausencia escolar.227 El polvo de la madera (sin quemar)
también puede provocar irritación respiratoria, en los ojos y en la piel.
-El humo de leña contiene más de 200 químicos y grupos de compuestos, algunos de los
cuales son tóxicos por sí solos.228 Según el grupo de interés público Clean Air Revival,
la combustión de leña es la tercera mayor fuente de dioxinas en Estados Unidos,
reconocida como uno de los componentes más tóxicos que existen.
Incineración disfrazada
Si bien las astillas y los aceites se presentan como bioenergía limpia, de rostro “verde”, el
pequeño secreto turbio de la industria está escondido detrás de los desechos municipales
sólidos. Las instalaciones que están autorizadas a quemar leña a menudo pueden mezclar
algún porcentaje de desechos municipales sólidos, hasta 30% en algunos estados de
Estados Unidos, y a menudo les pagan por hacerlo, convirtiendo la combustión de basura
en una opción atractiva. A escala mundial, más de 12 GW de la llamada energía de
biomasa es producida actualmente por la combustión de basura.230 Dioxinas, furanos,
metales pesados, incluso mercurio y plomo, hidrocarburos aromáticos policíclicos,
materia de partículas ultrafinas, monóxido de carbono, dióxido de sulfuro, óxido de
nitrógeno y una serie de otras toxinas peligrosas han estado saliendo de las fábricas de
incineración durante años en todo el mundo. Ahora, junto con una serie de nuevas
tecnologías como la pirólisis, la gasificación y la incineración por arco de plasma, los
incineradores se están maquillando de verde como instalaciones de energía de biomasa,
rebautizadas tecnologías de “conversión de residuos a energía”. Esos “incineradores
disfrazados” dicen resolver simultáneamente los problemas que trae tener “demasiados
desechos” y “una cantidad insuficiente de energía renovable”, reduciendo así el consumo
de biomasa presente en la naturaleza.
Cambio 2: biocombustibles líquidos – licuando biomasa para transporte
“Quien produzca abundante biocombustible no solo se volverá inmensamente rico,
sino que hará historia…Las empresas, los países que triunfen en esto serán los
vencedores económicos de la próxima igual que hoy lo son los países ricos en
petróleo”. – J. Craig Venter, fundador de Synthetic Genomics, Inc.231
La producción de combustibles de biomasa líquidos para su uso en el transporte es el
modelo atractivo (y rico) para la nueva economía de la biomasa. Desde el corto auge del
etanol de maíz de 2006-2008 hasta la nueva ola de capitales de riesgo y grandes
compañías petroleras que meten miles de millones de dólares en iniciativas de
biocombustibles, la industria de los biocombustibles sigue siendo considerada como una
nueva fuente de abultados ingresos en una era de picos en los precios del petróleo y el
carbón. Si bien las predicciones de 2006 de que los biocombustibles alimentarían hasta el
30% del transporte para 2030 232 ahora parecen pretenciosas, aún así el sector sigue
creciendo rápidamente – animados por mandatos gubernamentales, fondos de estímulo a
la “energía limpia” y fuertes inversiones del sector petrolero. La reciente atención que
despertó el derrame de petróleo de BP Deepwater Horizon parece haber dado nueva vida,
también, a la idea de que un combustible líquido no fósil podría ser una panacea para los
problemas ambientales.233
Generación “D” – Deficiencias de la primera generación de biocombustibles
La primera generación de biocombustibles, o generación “deficiente”, se refiere tanto a
alcoholes fermentados –casi enteramente etanol de maíz y caña de azúcar – o a biodiesel
refinado obtenido de cultivos de oleaginosas (soja, colza, girasol, mostaza) y aceites de
árboles (palma, jatrofa). Esta primera generación tuvo tres obstáculos importantes en su
carrera al éxito:
-Competencia con la protección de alimentos y de los bosques
En 2008, un informe interno del Banco Mundial (que luego se hizo público) reveló que
hasta el 75% del aumento de los precios de los alimentos durante la crisis alimentaria de
ese año, se debió a las políticas de Europa y Estados Unidos sobre los biocombustibles,
que propiciaron un cambio masivo de la plantación de trigo hacia el cultivo de colza,
sumado a un importante desvío del maíz y la soja a la producción de etanol y
biodiesel.234 Los modelos previos realizados por el conservador IFPRI (Instituto
Internacional de Investigación en Políticas Alimentarias) habían estimado que el 30 por
ciento del aumento general en los precios de los granos durante la crisis de precios de los
alimentos en 2008, podría tener su origen en los biocombustibles. Sin embargo, el IFPRI
calculó que si en 2007 se hubiera establecido una moratoria mundial a la producción de
biocombustibles, para 2010 los precios de cultivos alimenticios claves hubieran bajado
sustancialmente – un 20% para el maíz, 14% para la mandioca, 11% para el azúcar y 8
por ciento para el trigo.235 Los cultivos para biodiesel (soja, girasol, colza) también
utilizan agua, nutrientes y las mejores tierras agrícolas o, en el caso de cultivos como la
palma aceitera, tienen que ver con la deforestación de bosques, impactando especies en
riesgo y los derechos de los habitantes del bosque.
-Balance energético deficiente
El etanol en particular es un combustible pobre que al ser quemado produce menos
energía que la gasolina. Esto afecta negativamente el llamado “balance energético” de la
primera generación de biocombustibles. Los economistas que trabajan en energía
calcularon que cuando se incluyen los costos energéticos de los insumos agrícolas, la
producción de etanol a partir del maíz exige 29 por ciento más de energía fósil que el
combustible producido. El biodiesel de las plantas de soja requiere 27 por ciento más
energía fósil que el combustible producido, y el biodiesel de girasol requiere 118 por
ciento más energía fósil que el combustible producido.237
-Requiere motores y/o líneas de distribución especiales
Bombear etanol neto en los motores existentes puede corroer partes del motor y exige
ajustes en los circuitos de aire y de combustible. Como resultado, el etanol requiere un
manejo por separado y por lo tanto costosos tanques de almacenamiento y mecanismos
de distribución. (El biodiesel se adapta más fácilmente a los motores y sistemas de
combustible existentes.)
Aun cuando esas deficiencias de los biocombustibles de primera generación son
ampliamente conocidas, los gobiernos de la OCDE continúan manteniendo subvenciones
y metas a lograr para el uso de etanol y biodiesel como combustibles. Los impulsores de
los biocombustibles argumentan que es necesario mantener esos mandatos para permitir
una transición en calma a lo que ellos aducen es una próxima generación menos
problemática (pero eso hasta ahora es teórico).
“Sobrevivientes” de la Generación D
–azúcar y jatrofa
Incluso después de haberse reducido el entusiasmo inicial por los biocombustibles, hay
por lo menos dos de “primera generación” que continúan recibiendo un apoyo entusiasta:
Caña de azúcar – En Brasil, la caña de azúcar ha sido transformada en etanol
combustible a escala industrial desde hace ya treinta años. Desde 2008, más del 50% del
combustible vendido en el país para automóviles y otros vehículos livianos era etanol y el
país se había fijado la meta de producir un récord de 27 mil millones de litros de etanol
en 2010.238 La industria brasileña de etanol anuncia que su azúcar de caña tiene un
balance energético mucho mejor que el etanol de maíz y que se puede plantar más caña
de azúcar de manera sustentable sin competir con la producción de alimentos. En febrero
de 2010, la Royal Dutch Shell firmó un acuerdo con el gigante del azúcar, Cosan, para
formar una empresa conjunta con un valor de 12 mil millones de dólares para producir
etanol a partir de la caña de azúcar brasileña. Esta inversión representa el mayor
compromiso con los biocombustibles hecho hasta ahora por una compañía petrolera.239
Esas reivindicaciones “verdes” para el combustible de azúcar brasileño son
enérgicamente refutadas. Las estimaciones señalan que para 2020 se duplicarán las
actuales 8.89 millones de hectáreas de plantaciones de caña de azúcar brasileña.240 Esto
es en gran medida a expensas de regiones ecológicamente sensibles como la frágil y
altamente biodiversa cuenca del Cerrado, también llamada “padre del agua” ya que
alberga las tres mayores cuencas de América del Sur, incluida la del Amazonas. La
expansión del etanol está destruyendo la Amazonía a medida que nuevas plantaciones de
azúcar empujan a los productores de soja y criadores de ganado a internarse en territorio
amazónico. Junto con la sed de agua, los cultivos de caña de azúcar exigen una aplicación
intensiva de agroquímicos y la quema a gran escala de los campos. Según un estudio
reciente, esta quema, combinada con el uso de fertilizantes y otros insumos, libera
anualmente cerca de 150 millones de toneladas de dióxido de carbono241 a la atmósfera,
contribuyendo a que Brasil ocupe el séptimo lugar como mayor emisor de gases de efecto
invernadero en el mundo.242 Los costos sociales también son muy altos. La expansión de
la frontera agrícola está dejando a la gente sin tierra y es un factor del rápido crecimiento
de población de los sectores pobres urbanos en las ciudades más grandes de Brasil.
Mientras tanto, en la cosecha de la caña de azúcar trabajan casi un millón de trabajadores
inmigrantes – una parte importante de los cuales viven en condiciones de mano de obra
servil por endeudamiento, sufren problemas respiratorios y muerte temprana por
agotamiento.243
Jatrofa – La jatrofa es una familia de arbustos tropicales, algunos de los cuales producen
un fruto seco no comestible y rico en aceite que podría servir para biodiesel. Empresas
como D1 Oils (propiedad de BP) y Daimler están respaldando ahora la expansión masiva
de jatrofa en África, América del Sur y Asia, anunciándola como un cultivo maravilloso.
Elogian la capacidad de la jatrofa de crecer en tierras llamadas marginales, en suelos
pobres e incluso en condiciones semiáridas. Las comunidades de África y Asia han
reaccionado al acaparamiento de tierras asociado con las nuevas plantaciones de jatrofa,
muchas de las cuales están desplazando la producción de alimentos y ocupando tierras
donde antes subsistía gente pobre. Si bien la jatrofa puede sobrevivir en ciertas
condiciones de escasez de agua, para que prospere y produzca volúmenes de aceite que
sirvan, necesita cantidades importantes de agua. Un estudio reciente sobre la huella en el
agua de los cultivos para biocombustible concluye que solo un litro de biodiesel de
jatrofa requiere la increíble cifra de 20 mil litros de agua para crecer – dejando muy atrás
a la canola, el maíz, la soja, la caña de azúcar u otros cultivos comúnmente usados para
biocombustible.244 Otros problemas que se aprecian con la jatrofa son la toxicidad de las
semillas para los seres humanos, la preocupación sobre la posibilidad de que sea
invasora, y que la jatrofa no es, después de todo, resistente a plagas, como se dice.245
Cambio de combustibles y de materias primas
Después de haber sido tomados por sorpresa por los problemas asociados con la primera
camada de biocombustibles, la industria, junto con los gobiernos de la OCDE, está
inyectando una cantidad enorme de dinero en lo que han dado en llamar la “próxima
generación” de biocombustibles. El alto nivel de compromisos da indicios de una
desesperación política por rescatar las importantes sumas de dinero y el compromiso ya
invertido en ese campo.
Para superar los problemas de la generación D, el enfoque de la “próxima generación”
emplea nuevas materias primas (en particular celulosa y algas) e intenta producir líquidos
con mayor contenido energético utilizando tecnologías mejoradas (particularmente
biología sintética). El elixir de la segunda generación que los bioalquimistas intentan
ahora obtener es idealmente un líquido cuya materia prima no afectará el suministro de
alimentos, tendrá el mismo empuje energético que la gasolina (o mejor) y podrá ser
bombeado en los tanques de combustible actuales, en las mismas condiciones que ahora.
Se sabe que por lo menos 200 compañías intentan cumplir esta visión del
“biocombustible perfecto”246 – cada una trabajando en piezas distintas del rompecabezas
de la “próxima generación”. Algunas de estas empresas ya están encarando la
producción comercial, pero sólo en pequeñas cantidades (ver Anexo). La mayoría está
luchando con las cuestiones de agrandar la escala.
Biorrefinerías: instalaciones industriales para el procesamiento de biomasa. Como las
refinerías petroleras, las biorrefinerías son fábricas que degradan la biomasa en sus partes
constituyentes y luego las “refinan” utilizando técnicas químicas y biológicas (incluso la
fermentación) para producir compuestos industriales tales como productos químicos y
combustibles así como calor y electricidad.
Combustibles celulósicos
“El combustible del futuro saldrá de arbustos como el sumac, que se encuentra al
borde de los caminos, y saldrá también de árboles, hierbas, aserrín – de casi todo”.
Henry Ford en The New York Times, 1925 247
¿Recuerdan aquellos 180 mil millones de toneladas de azúcar de celulosa producidas
anualmente en ramas leñosas, hojas, pastos y algas en todo el mundo? Para una industria
que necesita el azúcar para hacer combustibles, esa bonanza celulósica parece ser la
materia prima no alimenticia perfecta. La legislación de Estados Unidos de 2005, que
exhortó a producir 100 millones de galones de etanol celulósico para 2010, tuvo que
reducirse drásticamente a tan solo 6. 5 millones 2010.248 La misma legislación reclama
que los automóviles estadounidenses consuman 4 300 millones de galones (16 mil
millones de litros) de etanol celulósico para 2015 – otro objetivo también improbable de
cumplir.
Hay dos formas de producción de combustibles a partir de la celulosa: termoquímica y
biológica
Producción termoquímica de combustibles celulósicos
Los químicos han sabido cómo convertir la biomasa en combustibles desde la década de
1930, cuando se comercializó el proceso Fischer-Tropsch para licuar el carbón, durante la
época de la Guerra con el gobierno alemán. Este proceso recalienta el carbón (o biomasa)
hasta transformarlo en gas, que luego se transforma químicamente en combustible:
Luego de una inversión de por lo menos 320 millones de dólares, la mitad de la cual
corresponde al gobierno de Estados Unidos y al estado de Georgia, Range Fuels abrió su
primera fábrica comercial a gran escala (en Georgia), que anualmente produce 4 millones
de galones de metanol celulósico – no los mil millones de galones de etanol que
originalmente había prometido.249
BlueFire Etanol de California utiliza fuertes ácidos para degradar la lignocelulosa en
azúcares disponibles para fermentación. La primera biorefinería de BlueFire transformará
vertederos preclasificados para producir aproximadamente 3.9 millones de galones de
etanol combustible por año. Una segunda fábrica plantea producir 19 millones de galones
de etanol por año a partir de biomasa de madera.250
Producción biológica de combustibles celulósicos
De las dos formas más importantes de fabricar biocombustibles celulósicos, la otra es
aplicar poderosas enzimas, llamadas celulasas, para degradar la celulosa en azúcares más
disponibles para su consiguiente fermentación a etanol y otros alcoholes. Se desarrollan
microbios naturales, transgénicos y sintéticos para degradar la celulosa y fermentarla.
-En 2009 BP creó una empresa conjunta de 45 millones de dólares con Verenium (ex
Diversa) para crear etanol celulósico a través del uso de enzimas sintéticas de
Verenium.251 En julio de 2010, BP pagó otros 98 millones de dólares para comprar su
negocio de biocombustible que incluye dos instalaciones de producción.252
-Corporación Iogen utiliza enzimas modificadas genéticamente de Trichoderma reesei
(responsable del “pie de atleta”), para degradar el material vegetal en su fábrica de
demostración con sede en Ottawa, que ya produce 170 mil galones de etanol celulósico
por año. Como parte de una empresa conjunta 50:50 con Shell, Iogen está planeando lo
que denomina la “primera planta mundial de etanol celulósico a escala comercial” en
Saskatchewan, Canadá.253
-Mascoma rediseñó microbios de levadura y bacterianos no solamente para degradar la
celulosa para la producción de etanol sino también para llevar a cabo la fermentación y
convertirla en etanol celulósico en un procedimiento simplificado (“one pot”, en un solo
tubo). Tiene sociedad con General Motors,254 Marathon Oil,255 y la compañía de
etanol Royal Nedalco256 y está construyendo una fábrica de producción comercial en
Michigan. A través de una sociedad con Stellenbosch Biomass Technologies, Mascoma
también está trasladando su tecnología a Sudáfrica.257
-Coskata, que tiene sociedad con General Motors y Total Oil,258 cultivó microbios
naturales que, en concierto con un proceso de gasificación, pueden transformar materias
primas tales como astillas o neumáticos viejos en etanol celulósico.
-DuPont hizo sociedad con la compañía biotecnológica Genencor para crear DuPont
Danisco Cellulosic Ethanol LLC, un proyecto de 140 millones de dólares para usar la
tecnología de la enzima sintética de Genencor.259 Su fábrica de demostración en
Tennessee actualmente convierte dos mil toneladas de mazorcas de maíz en etanol. Para
2013 espera desarrollar la producción comercial.
-POET, que anuncia ser el mayor productor de etanol del mundo, utilizará enzimas
comerciales de Novozymes para convertir mazorcas de maíz en una producción anual de
25 millones de galones de etanol cuando su biorrefinería entre en funcionamiento a fines
de 2011 o principios de 2012.260
-Verdezyne, una compañía de biología sintética con sede en California, está
desarrollando levadura que puede convertir pasto aguja, cáñamo, maíz y madera en
etanol.261 La compañía tiene acuerdos con Novozymes, Genencor y Syngenta.262
-En febrero de 2008, el gigante forestal Weyerhaeuser formó una empresa conjunta con
Chevron llamada Catchlight Energy para producir etanol celulósico a partir de la
madera. Desde que hizo su anuncio inicial se han revelado muy pocos detalles más. 263
-La empresa Qteros, con sede en Estados Unidos, ha “mejorado” una bacteria natural
llamada microbio Q para transformar la biomasa lignocelulósica en azúcar para etanol y
productos químicos. Entre sus patrocinadores figuran BP y el Fondo Soros. Qteros espera
obtener una licencia sobre su microbio Q en Brasil e India para convertir el bagazo de la
caña de azúcar en etanol.264
De los alcoholes a los hidrocarburos
—Biogasolina, butanol, isopentanol, hexadecano, farneseno
Ya sea producido a partir de astillas, mazorcas o algas, el mayor problema en el mercado
para el etanol celulósico es que sigue siendo etanol, un combustible con bajo contenido
de energía que requiere modificaciones en los motores y una infraestructura aparte para
su suministro. Como dice el “biólogo sintético” y empresario de los biocombustibles Jay
Keasling, “el etanol es para tomar, no para conducir”.265 Varias empresas han
abandonado el etanol y otros productos, como los alcoholes, y en cambio trabajan para
producir hidrocarburos en gran escala, similares al diesel o la gasolina, que puedan ser
refinados en las tradicionales refinerías de petróleo o surtidos directamente a los motores
de los automóviles comunes.
A partir de la termoquímica
1. La empresa alemana de biocombustibles Choren abrió la primera refinería comercial
de transformación de biomasa a líquido, para convertir anualmente 68 mil toneladas de
madera en 18 millones de litros de combustible hidrocarburo diesel. Entre los socios de
Choren figuran Shell, Daimler y Volkswagen.266
2. Dynamotive Corporation de Vancouver, Canadá, somete la biomasa agrícola y
derivada de los bosques a un procedimiento de “pirólisis acelerada” (combustión sin
oxígeno), que da como resultado un aceite hidrocarburo. Sin embargo, la principal fábrica
de demostración de Dynamotive en Ontario, Canadá, cerró y se declaró en bancarrota en
julio de 2010.267
A partir de la biología sintética
3. LS9 ha desarrollado y patentado microbios sintéticos que fermentan azúcares e incluso
celulosa convirtiéndolos en combustibles hidrocarburos que no se distinguen de la
gasolina, el diesel y el combustible para reactores. Luego de una inversión de 25 millones
de dólares de Chevron, se espera que para 2011 una nueva biorefinería en Florida
producirá de 50.000 a 100.000 galones de su diesel “UltraClean”, que se vendería
comercialmente en 2013.268
4. Gevo, otra empresa de biología sintética estadounidense, ha desarrollado microbios
que transforman azúcares agrícolas en isobutanol, un combustible alcohol con alto
contenido energético que funciona en motores a gasolina. La compañía tiene acuerdos
con Cargill e inversiones de Total Oil y Virgin Group.269
5. Amyris Biotechnologies ha desarrollado levadura modificada sintéticamente para
fermentar azúcar de caña en equivalentes de diesel hidrocarburo, gasolina y combustible
para reactores a partir del farneseno químico. Dirigido por un ex director de BP, Amyris
tiene varios socios, entre ellos Shell, Total, Votorantim, Crystalsev, Mercedes, el
Departmento de Defensa de los Estados Unidos, Bunge, Cosan y otros. Su
biorrefinería brasileña comenzará a vender biodiesel en 2011. También está colaborando
con Procter & Gamble para elaborar productos químicos.270
Más allá de la celulosa: biocombustibles de algas
“Si la humanidad decidiera arar una parte del Desierto del Sahara, irrigarla con agua
salada del Mediterráneo, luego plantar biomasa, como las algas, podríamos reemplazar
todo el combustible de carbono fósil que nuestra especie utiliza actualmente y brindar
alimentos para una creciente población mundial, a bajo costo”. – Dennis Bushnell,
científico principal del Centro de Investigación Langley, de la NASA271
Para los fervientes creyentes en los biocombustibles, el desarrollo de combustibles a
partir de algas (cianobacterias, o algas comunes de los estanques) representa lo último en
materia de fuentes de biomasa sustentable. El Carbon Trust del Reino Unido anuncia que
para 2030 los biocombustibles a base de algas podrían reemplazar más de 70 mil millones
de litros de combustibles fósiles utilizados cada año para transporte vial y aviación.272
Actualmente se proponen cuatro posibles sistemas de cultivo de algas:
Estanques abiertos, ubicados en desiertos u otras regiones con mucha luz solar, son el
método preferido para cultivar algas. Se pueden utilizar aguas de desecho o agua dulce
movida a través de los estanques mediante paletas o remos.
Algas: algas comunes de los estanques y algas marinas; el término hace referencia a una
amplia y diversa variedad de organismos fotosintéticos similares a las plantas que crecen
en el agua, desde la cianobacteria unicelular hasta los kelps y las algas marinas, de mayor
tamaño.
Fotobiorreactores: son sistemas que encierran algas en tubos de vidrio o bolsas plásticas
transparentes mientras se bombea agua, CO2 y nutrientes a través de esos contenedores.
Pueden usarse en emplazamientos urbanos.
Cubas cerradas: derivan la energía del azúcar en lugar del sol. Se pueden cultivar algas
en grandes cubas e inducirlas a que produzcan hidrógeno en lugar de aceites.
Cultivo a mar abierto: todavía es muy especulativo y presenta el riesgo de que las cepas
se escapen y provoquen un daño ecológico. Algunas empresas como Blue Marble
proponen cosechar algas silvestres de zonas oceánicas muertas.273 Mientras tanto,
investigadores del Proyecto OMEGA de Algas, de la NASA, proponen cultivar granjas
flotantes de algas de agua dulce en el mar, encerradas en bolsas, de manera que las cepas
que escapen no sobrevivan en el ambiente marino.274
Argumentos a favor de las algas
-Las algas producen un aceite hidrocarburo que puede ser prensado y refinado para su uso
como biodiesel o refinado en gasolina, plásticos y productos químicos.
-Las algas también producen celulosa que puede transformarse en combustible celulósico
o bioelectricidad.
-Las algas pueden ser inducidas a producir hidrógeno.
-Son más eficientes que otras plantas verdes para transformar la luz del sol en biomasa.
-Crecen rápida y fácilmente en aguas ricas en nutrientes; son abundantes y renovables.
-Las algas no son una fuente de alimentación importante.
-Las algas pueden absorber dióxido de carbono atmosférico o industrial.
-Pueden crecer en aguas residuales o en agua salada (dependiendo de las especies de
algas), evitando así la presión sobre los recursos de agua dulce.
-El cultivo de algas ahorra tierras agrícolas y en cambio aprovecha desiertos, tierras
marginales, el mar e incluso ambientes urbanos.
Argumentos en contra de las algas como fuente de combustible
Lejos de ser una panacea, los biocombustibles basados en las algas tienen muchos de los
mismos problemas que otros biocombustibles:
-La escala – En más de 40 años de experimentación con algas para biocombustible,
ninguna empresa ha tenido éxito en producir cantidades comerciales de aceite de alga o
biomasa de alga que rivalicen con los combustibles del petróleo. En general se especula
que para lograrlo se necesitará algún tipo de ingeniería genética.
-Tierra – Debido a que la mayor parte de la producción de algas requiere luz solar como
fuente de energía, los estanques de algas deben tener poca profundidad para permitir que
la luz llegue a todos los organismos. Como resultado, la producción se extiende en una
capa delgada sobre superficies muy grandes de tierra, impactando ecosistemas, derechos
territoriales y usos tradicionales, especialmente en las regiones desérticas. El experto en
renovables, Saul Griffiths, calculó recientemente que incluso si una cepa de algas pudiera
llegar a tener cuatro veces más eficiencia en el aprovechamiento de la luz del sol para
energía, igualmente sería necesario llenar una piscina de algas de tamaño olímpica cada
segundo durante los próximos veinte años,275 lo que compensaría tan solo el 3 por ciento
del consumo mundial de energía.
-Balance de energía y agua – Dependiendo del sistema de producción, el cultivo de
algas puede llegar a tener un bajo rendimiento de energía. En gran medida esto se debe al
hecho de que cultivar algas en estanques abiertos o en biorreactores cerrados exige una
aplicación constante de fertilizantes. En una reciente evaluación del ciclo de vida de los
biocombustibles algales, publicado en la revista Environmental Science and Technology,
los investigadores concluyeron que la producción de algas consume más agua y energía
que otras materias primas de biocombustibles como el maíz, la canola y el pasto aguja, y
también tiene mayor emisión de gases de efecto invernadero.276 La producción de
fertilizantes, en particular, requiere grandes cantidades de energía. Además, la producción
y el continuo funcionamiento de fotobiorreactores, el bombeo de agua y la maquinaria
para las operaciones de mezclado, así como tecnología para la cosecha y extracción, se
agregan al uso general de energía. “De acuerdo a lo que conocemos sobre los proyectos
pilotos de producción de algas de los últimos 10 o 15 años, hemos descubierto que la
huella ambiental de las algas es mayor que la de otros cultivos terrestres”, declaró Andres
Clarens, del Departamento Civil y Ambiental de la Universidad de Virginia, autor del
estudio.277 Los autores sugirieron que las compañías podrían utilizar agua de residuos
rica en nutrientes para reducir los insumos de fertilizantes.
-El pico de los fertilizantes y la competencia alimentaria – El costo energético
asociado con un elevado uso de fertilizantes no es la única gran resistencia a la expansión
del combustible derivado de algas. Se estima que las existencias mundiales de fosfato
grado fertilizante han disminuido a 8 mil millones de toneladas. Si cambiáramos la
producción de petróleo a algas, quedaría fertilizante fosfato para solamente 37 años
más.278 Dada la inminente escasez de este mineral clave, las existencias de fosfato
dirigidas a la producción de biocombustible compiten directamente con la fertilización de
los cultivos alimenticios – un clásico dilema alimentos vs. combustible.
-Riesgo de invasión ecológica y contaminación genética – La idea de trasladar las
cianobacterias a una producción a cielo abierto y en gran escala tiene alarmados a
muchos ecologistas, ya que las algas se reproducen muy rápidamente, duplicando su
masa cada día. Las cepas de algas silvestres ya son responsables de algunos de los peores
eventos de invasión ecológica, desde la vasta desoxigenación de “zonas muertas”
encontradas en zonas costeras y provocadas por el escurrimiento de los fertilizantes, hasta
las florescencias de algas verdeazuladas que sofocan ecosistemas de agua dulce y
amenazan la salud humana. La cianobacteria manipulada genéticamente aumenta los
riesgos ecológicos ya que no solamente alterará el código genético desencadenando
efectos secundarios no previstos, sino que también el objetivo de la ingeniería genética es
desarrollar cepas de “superalgas”, que pueden aprovechar más energía solar que las cepas
naturales. En una reunión de la nueva comisión de bioética del Presidente estadounidense
Barack Obama, celebrada en 2010, Allison A. Snow, ecologista de la Universidad del
Estado de Ohio, testificó que el “peor escenario hipotético” sería que las algas
manipuladas genéticamente para ser muy resistentes escaparan al ambiente, desplazando
a otras especies y causando una invasión que privaría a las aguas de oxígeno, matando a
los peces.279
-La geoingeniería y el clima – Las algas son básicas para regular la vida en la Tierra;
son responsables de entre 73% y 87% de la producción mundial neta de oxígeno a través
de la fijación del dióxido de carbono atmosférico.280 Rediseñar la biología de las algas, o
alterar la población mundial de algas llevándola a una gran escala podría impactar
directamente el ciclo mundial del oxígeno, el ciclo del carbono, el ciclo del nitrógeno y la
producción de ozono – potencialmente en formas impredecibles y perniciosas. Las
propuestas de cultivar algas en zonas costeras y en mar abierto presenta los mismos
riesgos ecológicos, climáticos y de justicia que los planes de la geoingeniería de fertilizar
los océanos con hierro o urea para provocar florescencias de plancton.
Los nuevos hinchas de las algas
Si bien todavía no hay una empresa que esté vendiendo cantidades comercialmente
viables de combustible derivado de algas, el grupo de investigación de mercados Global
Information, reconoce que más de 100 compañías en todo el mundo intentan hacer
combustible y otros productos químicos a partir de las algas. En Estados Unidos, por lo
menos, esas empresas reciben el generoso apoyo de más de 70 millones de dólares del
gobierno de Estados Unidos y otros fondos estatales. Global Information dice que el
mercado de combustible algal alcanzó un valor de 271 millones de dólares en 2010 y para
2015 podría llegar a más de 1 600 millones de dólares.281
Empresas a las que hay que observar:
Synthetic Genomics, Inc. – una compañía de biología sintética con alto perfil, fundada
por el magnate de la genética J. Craig Venter – tiene una empresa conjunta con
ExxonMobil para desarrollar cepas de algas altamente eficientes y aumentar su escala
para la producción comercial. ExxonMobil anuncia que actualmente es uno de sus
mayores proyectos de investigación tecnológica.282 En 2010 abrió un invernadero de
demostración en San Diego, California, y están trabajando en un emplazamiento de
ensayo, de mayores proporciones, en un lugar no revelado aún y que será anunciado en
2011.283 En mayo de 2010 Venter le dijo al Congreso de los Estados Unidos que
Synthetic Genomics está buscando construir una instalación tan grande como la ciudad de
San Francisco.284 Otros patrocinadores de Venter son BP, el grupo malayo Genting,
Novartis y Life Technologies Corporation, así como varias personas en carácter
individual.
Sapphire Energy declara que para 2011 estarán produciendo un millón de barriles por
año de diesel algal y combustible de reactores, y 100 millones para 2018. Recaudaron
100 millones de dólares de importantes inversionistas, entre ellos Bill Gates,285 más
otros 100 millones de financiamiento federal para construir un sitio de demostración de
121 hectáreas en el desierto de Nuevo México. Sapphire está trabajando con cepas de
algas tanto naturales como sintéticas. Entre sus directores figura el ex ejecutivo de la
Monsanto Robert Shapiro y también un ex director ejecutivo de BP.286
Transalgae, una empresa estadounidense basada en Israel, anuncia que intenta ser “la
semilla de algas de Monsanto”.287 Está desarrollando algas modificadas genéticamente
para combustible y alimento animal en colaboración con Endicott Biofuels de Texas,
Estados Unidos, y también Raanan, el mayor productor de alimento para peces de Israel.
La primera generación de algas transgénicas de Transalgae está siendo sometida a un
ensayo de campo en una central eléctrica de gas natural, de 400 MW, en Ashdod, Israel,
en colaboración con Israeli Electric Company. La empresa declaró a la prensa que ha
añadido un gen terminator conmutable en sus algas, de manera que las algas teóricamente
se “autodestruirán” en el término de seis horas;288 sin embargo, sus patentes indican un
mecanismo mucho más débil que simplemente hace que las algas sean mucho menos
resistentes en la naturaleza.289
Solazyme, con sede en San Francisco, Estados Unidos, aplica biología sintética para
producir biodiesel en cubas cerradas donde las algas son alimentadas con azúcar en lugar
de dióxido de carbono. Tiene una empresa conjunta con el gigante petrolero Chevron
para ampliar la producción de su combustible algal para 2013 y también acuerdos con
Unilever para desarrollar aceites de algas alternativos al aceite de palma. Después de
entregar 20 mil toneladas de diesel de algas a la Marina de Estados Unidos en
septiembre de 2010, la compañía anunció un segundo contrato naval por otros 150 mil
galones.290 Solazyme también tiene acuerdos con el comerciante de granos Bunge para
cultivar algas en bagazo de caña de azúcar, así como inversiones de Sir Richard Branson
del Grupo Virginia y la importante compañía japonesa de ingredientes alimenticios San-
Ei Gen.291
Joule Biotechnologies, una empresa derivada del Instituto de Tecnología Massachusetts
en Boston, Estados Unidos, aduce haber desarrollado una cianobacteria sintética
altamente manipulada (algas verdeazuladas) que segrega alcanos, un producto químico
generalmente refinado del petróleo. El producto actual de Joule segrega etanol
directamente en el agua, donde sus organismos crecen, pero según la compañía,
“Diferentes variantes pueden hace también polímeros y otros productos químicos de alto
valor que generalmente son derivados del petróleo”.292 Joule está construyendo una
instalación comercial para comenzar las actividades en 2012 con un rendimiento
anunciado de 15 mil galones de diesel por acre.
Algenol, de Florida Estados Unidos, se asoció a Dow Chemical para construir una
biorefinería de algas en Texas. Las cepas de algas híbridas de Algenol producen etanol en
biorreactores. Otros socios son la Agencia de Protección Ambiental de los Estados
Unidos, y Valero Energy Corporation, un destacado productor de etanol.293
Cellana es una empresa conjunta entre Royal Dutch Shell y HR BioPetroleum para
seleccionar y cultivar cepas naturales de algas para biocombustible y alimento para
animales. Tienen acuerdos de investigación con varias universidades de todo el mundo y
poseen una pequeña instalación experimental en Hawai que cultiva algas oceánicas en
sistemas cerrados y abiertos.294
Petroquímica: fabricación de materiales a partir del petróleo. Una rama de la química
industrial que transforma petróleo crudo y gas natural en productos útiles y materias
primas. La petroquímica comienza por descomponer las complejas moléculas de petróleo
en moléculas más simples y luego las recombina.
Cambio 3: Cambios químicos – bioplásticos y otros compuestos
El cambio de la industria química mundial – con varlor de 3 billones de dólares295—
hacia materias primas de azúcar y biomasa recibió mínima atención crítica de la sociedad
civil y de los movimientos de base, y sin embargo ha sido el viraje empresarial más
notorio, especialmente en el sector de bioplásticos y productos químicos finos. Obtener
productos químicos a partir de la biomasa en lugar de combustibles para transporte es
atractivo porque los mercados son más pequeños y por lo tanto más fáciles de ocupar, y
los precios de los productos químicos son en promedio de dos a cuatro veces más altos.
Es increíble, pero los inversionistas en capitales de riesgo están aconsejando a las
compañías de biocombustibles de segunda generación que se diversifiquen en productos
químicos (y alimentos) como segunda o incluso como principal fuente de ingresos.
La industria química mundial representa aproximadamente el 10 por ciento del uso del
petróleo296 y muchos de los miles de productos químicos sintéticos actualmente
incorporados en los productos cotidianos se basan en el craqueo y la refinación del
petróleo, en moléculas de hidrocarburo cada vez más elaboradas. Sin embargo la
industria química siempre ha obtenido parte de su materia prima de carbono del azúcar, y
está bien armada para volver a los carbohidratos. A principios del siglo XX los primeros
productos plásticos comerciales y numerosos productos químicos cotidianos se basaron
en la biomasa, incluso el celuloide y el rayón. En su historia de “la economía del
carbohidrato”, el economista David Morris informa que en 1945 el mayor fabricante
británico de productos químicos, ICI, todavía mantenía tres divisiones de producción: una
basada en el carbón, otra basada en el petróleo y la tercera basada en la melaza.297
Una serie de productos químicos de alto valor ya se basan en material biológico, incluso
el lysine (utilizado ampliamente para alimento de animales), el ácido glutámico (utilizado
para saborizar alimentos, tal como el glutamato de monosodio) y tinturas y tintas basadas
en la soja, que ahora abastecen más del 90 por ciento de la producción de periódicos de
los Estados Unidos y el 25 por ciento de las impresiones comerciales.298 Sin embargo, a
medida que los desarrollos en la biología sintética hicieron posible procesar y refinar
azúcares vegetales dentro de las células en lugar de dentro de fábricas químicas, más
organismos sintéticos están siendo diseñados para segregar químicos que previamente
habrían sido refinados a partir de fuentes fósiles. Ahora, la producción basada en la
biomasa se está aplicando en todos los sectores de la industria química, incluso en
fragancias y aderezos, productos farmacéuticos, productos químicos a granel, productos
químicos finos y especialidades así como polímeros (plásticos). Si bien los productos
químicos derivados de la biomasa, especialmente los bioplásticos, se consideran “verdes”
y “limpios”, son prácticamente iguales a los derivados del petróleo a la hora de
considerar su biodegradación y toxicidad.
Bloques de construcción a partir de biomasa
Los especialistas en biología sintética y los químicos se esfuerzan en fabricar lo que ellos
llaman “productos químicos de plataforma” a partir de azúcar o materia prima de
biomasa. Se trata de componentes químicos básicos importantes que a su vez pueden ser
refinados en cientos de otros productos químicos que actualmente se producen en
refinerías comerciales. Eso es lo que hace la petroquímica comercial, craqueando
petróleo en componentes esenciales como el etileno, butadieno, propileno y xileno e
intermediarios flexibles como amoníaco, ácido acético, ácido carbólico y butileno para su
refinamiento en miles más. Al trabajar en el desarrollo de esos o en nuevos productos
químicos de plataforma, los científicos están desarrollando la capacidad de convertir
decenas o cientos de productos químicos de carbono fósil a carbono vegetal. Algunos
ejemplos de productos químicos de plataforma con base en material biológico que están
por llegar al mercado:
Los isoprenoides o terpenos son una clase de compuestos presentes en la naturaleza,
como caucho, taxol, margosa, artemisina y canabinoides. Algunos de éstos fueron
producidos en levadura sintética por Amyris Biotechnologies, Inc. Amyris se ha
enfocado en un isoprenoide llamado farneseno (que produce el aroma acre en las
manzanas), que dice puede refinarlo más en “una amplia variedad de productos, desde
aplicaciones químicas de especialidad tales como detergentes, cosméticos, perfumes y
lubricantes industriales, a combustibles para transporte, como el diesel”.299 Amyris,
cuya levadura sintética actualmente procesa la caña de azúcar de Brasil, tiene un acuerdo
con Procter&Gamble para convertir el farnesene en cosméticos y productos del
hogar.300 Tiene otro acuerdo con M&G Finanziaria, el mayor proveedor mundial de
plástico para botellas, para el uso de biofarnesene en la producción de plástico PET.301
Genencor también ha trabajado en el desarrollo de E. coli sintético para producir
isoprene, utilizado en la producción de caucho. En 2008 fueron socios con el fabricante
mundial de neumáticos Goodyear, Inc. para la producción de cantidades industriales de
caucho para neumáticos. Anuncian que su “bioisopreno” reemplaza los 7 galones de
petróleo crudo que actualmente se necesitan para hacer un neumático de caucho sintético.
302
1,3-Propanediol es un componente básico químico que puede utilizarse en plásticos,
compuestos, adhesivos, laminados, revestimientos y como solvente en anticongelantes y
pintura para madera. Si bien generalmente se produce como óxido de etileno (un derivado
del petróleo), ahora ha sido producido por Genencor en levadura sintética como Bio-
PDO, un precursor del bioplástico Sorona de DuPont. DuPont, en sociedad con Tate &
Lyle, actualmente produce 45 mil toneladas anuales de Bio-PDO en su fábrica de
Loudon, Tennessee, Estados Unidos, consumiendo anualmente 152 mil toneladas de maíz
(ocupando una superficie de más de 16 mil hectáreas – aproximadamente el tamaño de
Liechtenstein).303
En junio de 2010, DuPont anunció una expansión del 35% de su producción.304 La
empresa francesa de productos basados en biomasa, METabolic Explorer también hace
Bio-PDO, convertido del glicerol, un aceite vegetal. La compañía estima que para 2020 el
mercado mundial de PDO tendrá un valor de 1 300 millones de euros.305
El ácido succínico es un bioproducto de la fermentación del azúcar, presente en la
naturaleza. Es un primo químico cercano del anhídrido maleico – un producto químico
derivado del petróleo, utilizado como materia prima común para productos alimenticios y
farmacéuticos, surfactantes, descongelantes, refrigerantes, detergentes, plásticos,
plaguicidas, fibras de vestimenta y solventes biodegradables. Como es posible
transformar ácido succínico en anhídrido maleico, varias empresas compiten ahora para
producir grandes cantidades de ácido succínico, tratando de conquistar un mercado que
podría valer 2 500 millones de dólares por año.306 Entre quienes desarrollaron el ácido
succínico a partir de materiales biológicos figuran DSM y Mitsubishi Chemicals. BASF
y Purac están trabajando en una fábrica de ácido succínico en España, y una fábrica de 2
mil toneladas por año ya funciona en Pomacle, Francia, utilizando bacterias mutantes E.
coli para producir el ácido a partir de azúcares del trigo. La fábrica está dirigida por
Bioamber – una empresa conjunta de la compañía biotecnológica estadounidense DNP y
la francesa ARD (Agro-industrie Recherches et Developpements).307 En 2010, la
compañía de biología sintética con sede en los Estados Unidos, Myriant, recibió una
donación de 50 millones de dólares del Departamento de Energía de los Estados
Unidos para construir en Louisiana una fábrica para la producción de 14 mil toneladas de
ácido succínico.308
El etileno es la materia prima gaseosa utilizada en la fabricación de plásticos, como
polietileno (PE), poliéster, cloruro de polivinilo (PVC) y poliestireno, así como fibras y
otros productos químicos orgánicos. El etileno, fabricado generalmente a partir de nafta o
gas natural, también puede obtenerse como un producto secundario en la producción de
etanol. En efecto, en la década de 1980 hubo compañías brasileñas que produjeron 160
mil toneladas de PVC y polietileno (PE) a partir del etanol, hasta que los precios
mundiales del petróleo cayeron y las fábricas cerraron. En 2008 tres compañías químicas
Braskem, Solavay y Dow Chemical— anunciaron que reiniciarían la producción de
PVC y PE biológicos en Brasil y Argentina, a partir de la caña de azúcar, llegando a 860
mil toneladas por año.309
Otras compañías a observar, que están utilizando química y biología sintética para crear
productos químicos biológicos y plásticos son:
ADM/ Metabolix, BASF, Blue Marble, Cargill Natureworks, Codexis, Draths
Corporation, DSM, DuPont, Genomatica, LS9, OPX Biotechnologies, Segetis,
Solazyme, Qteros y Zeachem.
¿El futuro es (bio)plástico?
“Hay un gran futuro en los plásticos. Piénsalo.” Ese fue el consejo susurrado al oído de
Dustin Hoffman en la película de 1967 “El Graduado”. Cincuenta años después, el único
sector de la industria del plástico cuyo futuro todavía parece brillante es el de los
bioplásticos. Según fuentes calificadas, para 2020 la industria del bioplástico podría tener
un valor de 20 mil millones de dólares.310 El actual uso mundial de los bioplásticos
ascendió en 2010 a más de medio millón de toneladas métricas, que podrían llenar cinco
veces el edificio del Empire State. Si bien se espera que para 2015 su uso aumente a 3.2
millones de toneladas métricas,311 eso es apenas una pequeña porción frente a los 200
millones de toneladas de resina plástica producidas por año321 (si bien algunos analistas
dicen que técnicamente es viable cambiar hasta el 90% de los plásticos y pasar a materia
prima biológica).313
Para la industria del plástico, hacerse ecológica es tanto la oportunidad comercial de
mejorar su imagen como de proteger sus ganancias frente al aumento de los precios del
petróleo. Los consumidores a menudo asumen que los bioplásticos cumplen
automáticamente una regla de oro en materia de protección ambiental: la ruptura con el
legado tóxico del vinilo, el bisfenol A (BPA) y los productos de poliestireno que ahora
llenan los basureros y océanos del mundo. Sin embargo, a pesar de los intentos de
“venderse” como “de la tierra” y “cercanos a la naturaleza”, en los más importantes
productores de bioplásticos son las mismas empresas contaminantes químicas y de los
agronegocios, Cargill y ADM, que dominan el comercio mundial de granos. Son dos de
los jugadores más importantes en el mundo de los bioplásticos mediante sus líneas
Natureworks y Mirel, respectivamente. Otros actores claves son DuPont, DSM, BASF y
Dow Chemical – cuatro de las mayores compañías químicas del mundo.
¿Los bioplásticos se biodegradan?
Algunos bioplásticos – como el bioplástico Mirel de ADM y los fabricados por Plantic –
se descomponen en el ambiente o en los composteros domésticos, mientras que otros
bioplásticos, incluso algunos vendidos como compostables, pueden tener dificultades
para degradarse, salvo a largo plazo. Esto se cumple en especial con los bioplásticos que
replican los productos químicos derivados del petróleo. El Sorona de DuPont, por
ejemplo, no anuncia que se degrada en el ambiente, y tampoco el PVC y polietileno de
Braskem. El principal bioplástico, el ácido poliláctico (PLA) de Cargill, vendido bajo la
marca “Natureworks”, se anuncia como un plástico “compostable” pero no se degrada en
los composteros domésticos ni en el ambiente, sino que necesita ser llevado a
composteros industriales donde es sometido a altas temperaturas.
Tampoco está claro cómo se descomponen los bioplásticos biodegradables. Estudios
exhaustivos de los plásticos llamados degradables han demostrado que algunos sólo se
descomponen en partículas plásticas más pequeñas, menos visibles, que son más
fácilmente ingeridas por los animales. En efecto, los pequeños fragmentos plásticos de
este tipo también podrían estar en mejores condiciones de atraer y concentrar
contaminantes tales como el DDT y el PCB. Como ha señalado una fuente informada de
la industria del plástico: “diseñar plásticos degradables sin asegurar que las poblaciones
microbianas de la infraestructura de eliminación de residuos asimilen completamente los
fragmentos degradados en un periodo de tiempo corto, tiene el potencial de dañar el
ambiente más que si no estuvieran hechos para degradarse.”314
¿Los bioplásticos pueden reciclarse?
Teóricamente los bioplásticos pueden reciclarse, pero en realidad hay pocas instalaciones,
si es que existe alguna, que separen los nuevos biopolímeros de los otros plásticos.
Cargill Natureworks, por ejemplo, insiste en que el PLA puede reciclarse. En realidad,
este plástico puede confundirse con el polietileno Tereftalato (PET), utilizado para
botellas plásticas, y por lo tanto puede en realidad obstaculizar los esfuerzos de reciclaje
al contaminar las líneas de reciclaje existentes. En octubre de 2004, un grupo de
recicladores pronunciaron una exhortación conjunta a Natureworks para que dejara de
vender PLA para su aplicación en botellas hasta que se resolvieran cuestiones claves
relacionadas con el reciclaje de PLA. En enero de 2005 la empresa estableció una
moratoria a la venta de PLA “adicional” para la producción de botellas, pero comenzó a
vender nuevamente PLA para botellas, aduciendo que los niveles de PLA en las líneas de
reciclaje eran demasiado bajos como para ser considerados contaminantes. En América
del Norte se supone que los bioplásticos de los embalajes llevan el símbolo de “una
flecha que se sigue a sí misma”, dentro de la categoría 7, aun cuando los protocolos
industriales estipulan que el símbolo debe ser lo suficientemente discreto como para que
no afecte las decisiones de compra de los consumidores.315
¿Los bioplásticos son tóxicos?
Una de las razones por las que los activistas contra los productos químicos tóxicos
alientan activamente el desarrollo del sector bioplástico es porque es posible inventar
nuevos polímeros a partir de cero y azúcar que se degrada más fácilmente en el ambiente
o el cuerpo humano sin que existan productos derivados tóxicos. Sin embargo, como los
químicos y “biólogos sintéticos” prefieren crear químicos idénticos a los componentes
constituyentes derivados del petróleo, estamos empezando a ver los viejos productos
químicos tóxicos, producidos de una fuente de carbono diferente (basada en las plantas).
El PVC de origen biológico de Solvay es un ejemplo claro. El PVC ha sido atacado
permanentemente por parte de activistas en pro de la salud ambiental, por su uso de
ftalatos, un plastificador que provoca trastornos hormonales, y por la producción de
dioxinas muy tóxicas en la fabricación, reciclaje y eliminación del PVC. Al igual que el
PVC basado en el petróleo, la producción de PVC de origen biológico sigue requiriendo
cloro en la producción. Como un grupo de investigación encomendado por la Asociación
Europea de Bioplásticos fue forzado a admitir, “es poco probable que el uso de bioetileno
reduzca el impacto ambiental del PVC con respecto a su potencial de toxicidad”.316
¿Los bioplásticos tienen una fuente sustentable?
Si alguien busca en Internet pistas sobre el origen de los bioplásticos, encontrará que la
industria de los plásticos semeja una empresa de horticultura. En la página web del Mirel
de ADM (plástico hecho de maíz o caña de azúcar) se muestran fotos de hierbas
creciendo en un estanque. El sitio web de Sphere Inc., importante productor europeo de
biopelículas está adornado con tulipanes aún cuando sus plásticos están hechos a partir de
papas. Sorona, el bioplástico emblemático de DuPont, es publicitado con la imagen de
una verde colina, mientras que el sitio web de “Natureworks” de Cargill muestra un
montaje en el que aparecen tres hojas. En realidad, tanto Natureworks como Sorona se
derivan principalmente de maíz industrial modificado genéticamente, empapado de
plaguicidas y, en el caso de Sorona, transformado por cubas de organismos sintéticos –
sin hojas de árboles o hierbas a la vista. Por si fuera poco, los bioplásticos derivados del
maíz plantean las mismas preocupaciones que la primera generación de biocombustibles
en términos de su competencia con los alimentos.
bullet
Es inaceptable convertir alimentos en combustible en tiempos de hambre extrema;
debería ser doblemente inaceptable convertir alimentos en bolsas de plástico.
Según Bob Findlen, de la compañía de bioplásticos Telles a Metabolix/ADM, “si la
industria de los bioplásticos crece hasta el 10% de la industria de plásticos tradicionales,
entonces necesitaremos alrededor de 100 mil millones de libras [45 359 toneladas] de
almidón y no hay duda de que eso tendrá un efecto sobre las materias primas
agrícolas”.317
Es inaceptable convertir alimentos en combustible en tiempos de hambre extrema;
debería ser doblemente inaceptable convertir alimentos en bolsas de plástico.
Igual que los fabricantes de biocombustibles, los fabricantes de bioplásticos intentan
salirse de la línea de fuego en la batalla entre alimentos y combustibles cambiando de
materia prima. La caña de azúcar brasileña está particularmente en su mira. Dow
Chemical, el mayor productor de polietileno del mundo, se asoció con el gigante
brasileño del azúcar Crystalsev y en 2011 comenzará a producir polietileno (el plástico
más ampliamente usado) derivado del azúcar de caña en una fábrica manufacturera con
una capacidad de 317 mil toneladas por año.318 La fábrica consumirá 7.2 millones de
toneladas de caña de azúcar por año, para lo cual requiere como mínimo 1000 km2 de
tierra.319
En octubre de 2010, la mayor empresa petroquímica de Brasil, Braskem, abrió una
fábrica de 278 millones de dólares destinada a producir 181 mil toneladas anuales de
polietileno a partir de etanol de caña de azúcar. Braskem ya aseguró contratos para
abastecer a Johnson & Johnson, Proctor & Gamble, a la compañía de cosméticos
Shiseido y al Grupo Toyota.320 Mientras tanto, en su nueva botella Plant Bottle, Coca-
Cola utiliza PET de origen biológico, a partir de caña de azúcar brasileña, en una
proporción de un tercio de los componentes de fabricación – lo que recibió un aval
entusiasta del WWF (World Wide Fund for Nature), cuyo ejecutivo declaró que “es otro
gran ejemplo de su liderazgo en cuestiones ambientales”.321
Como ya se ha señalado, las plantaciones brasileñas de caña de azúcar son objeto de
feroces críticas por su impacto social y ambiental. Mientras tanto, incluso los plásticos
fabricados a partir de la humilde papa, como el “Bioplast” de Stanelco, también son
motivo de preocupación por su forma producción. Environmental Working Group, un
grupo estadounidense de control ciudadano considera que las papas tienen uno de los
límites más altos de residuos de plaguicidas en alimentos.322
Cultivos transgénicos, biología sintética y nanotecnología
Los vínculos entre la ingeniería genética y los bioplásticos están por todos lados. En
marzo de 2010, el primer cultivo modificado genéticamente en lograr aprobación en
Europa en toda una década fue una papa transgénica con alto contenido de almidón de
BASF, destinada pura y exclusivamente al mercado de los bioplásticos.323 Mientras
tanto el maíz, la principal materia prima de los bioplásticos, en casi todo el mundo se
obtiene de cultivos transgénicos. De hecho, sólo tres grandes empresas productoras de
bioplásticos, la italiana Novamont, la alemana Pyramid Bioplastics y EarthCycle de
Canadá, ofrecen su producto como no transgénico, si bien Natureworks de Cargill ofrece
una propuesta bizarra en la que los compradores pueden “compensar” el uso de
transgénicos en su producto pagando a Cargill para que compre una cantidad específica
de maíz no transgénico. La ingeniería genética se aplica también para crear un bioplástico
de próxima generación, que produce el plástico directamente en la propia planta.
Metabolix Inc., con sede en Boston, ha utilizado biología sintética para manipular una
variedad de pasto que produce el bioplástico polihidroxibutirato (PHB) en 3.7% del tejido
de su hoja. Metabolix dice que las hojas deben producir 5% de PHB para ser
comercialmente viables. El pasto manipulado sintéticamente ya está en etapa de
experimentación en invernaderos.324 El riesgo de contaminación del suministro de
alimentos por los “cultivos plásticos” es, obviamente, una enorme preocupación
ambiental y de salud. Mientras tanto, las mismas secuencias de genes manipulados se
incorporan en microbios sintéticos que transforman el maíz en 50 mil toneladas de
bioplástico Mirel en una instalación en Iowa (Estados Unidos), en una empresa conjunta
entre Metabolix y ADM. El bioplástico Sorona de DuPont es producido de manera
similar por levadura que contiene ADN sintético y Amyris Biotechnologies también usa
levadura sintética para convertir el azúcar de la caña en botellas PET a través de su
colaboración con M&G, el mayor fabricante de botellas plásticas del mundo.
Bioplásticos: en manos de empresas, compiten con los alimentos, no son
biodegradables, refuerzan la agricultura industrial y nos adentran aún más en la
ingeniería genética, la biología sintética y la nanotecnología. Es difícil entusiasmarse
con el supuesto futuro ecológico que nos quiere vender la industria de los bioplásticos
La nanotecnología también figura prominentemente en el “mundo feliz” de los
bioplásticos. Preocupados de que los biopolímeros puedan tener bajas propiedades de
barrera (es decir, que puedan dejar pasar aire o líquido), las compañías de bioplásticos
están añadiendo nanopartículas a sus plásticos para mejorarlos. Por ejemplo, Cereplast,
que produce cubiertos de plástico, pajitas para bebidas, platos y tazas, utiliza
nanopartículas para mejorar la resistencia del plástico PLA al calor.325
¿Pueden hacerse bioplásticos de manera correcta?
Bioplásticos: en manos de empresas, compiten con los alimentos, no son biodegradables,
refuerzan la agricultura industrial y nos adentran aún más en la ingeniería genética, la
biología sintética y la nanotecnología. Es difícil entusiasmarse con el supuesto futuro
ecológico que nos quiere vender la industria de los bioplásticos, aunque haya serios
intentos por lograrlo. Uno de ellos es de Sustainable Biomaterials Collaborative (SBC) -
una red de 14 grupos de la sociedad civil y “empresarios éticos” que trabaja para definir
un bioplástico verdaderamente sustentable. Uno de sus fundadores, Tom Lent, de The
Healthy Building Network explica que SBC comenzó porque “no se cumplió con la
promesa de los bioplásticos”. Su colega de SBC, Brenda Platt, del Institute for Local
Self-Reliance reconoce que actualmente el término “plástico sustentable” es más una
paradoja que una realidad, pero es optimista con respecto a cambiarlo. “Sin duda tenemos
mucho camino por recorrer pero hemos estado bastante activos y considero que ya
estamos haciendo una diferencia”, expresa.326 SBC ha publicado unas extensas
directrices para bioplásticos sustentables (Sustainable Bioplastic Guidelines), disponibles
en línea, basadas en 12 principios que van desde evitar cultivos transgénicos, plaguicidas
y nanomateriales hasta apoyar los medios de sustento de los agricultores. Sin embargo,
los principios no abordan las implicaciones en materia de justicia global, competencia
con los alimentos, derechos sobre la tierra o propiedad y concentración empresarial. El
uso de organismos sintéticos en biorrefinerías también es considerado aceptable por
SBC.327
Conclusiones: ¡el asalto a La Tierra!
Contradicciones de la biomasa: los defensores de la biomasa que insisten en que la
mezcla de materias primas de biomasa con las nuevas tecnologías brindará la solución a
nuestra crisis energética, alimentaria y ambiental deberían considerar ser más realistas o
por lo menos reconciliar su propia retórica. Mayoritariamente, el apoyo sin críticas a la
visión de la biomasa proviene de las mismas agencias y think-tanks que también nos han
dicho reiteradamente que para 2050 la población mundial habría aumentado en un 50% y
la demanda de alimentos en casi 100%. Advirtieron (correctamente) que el cambio
climático, en el mejor de los casos, tornaría erráticas las cosechas y, en el peor de los
casos, reduciría la producción industrial de alimentos en todo el mundo entre un 20 y un
50%. También anuncian (erróneamente) que necesitamos utilizar más productos químicos
en las parcelas, más productos químicos para poder usar las tierras marginales, y para que
los hábitats en peligro no se destinen a la producción de cultivos. Sin embargo, al mismo
tiempo, esos responsables de políticas públicas dicen que ciertas tecnologías que todavía
están en etapa de experimentación no solamente harán todo bien sino que harán que esté
bien imponer nuevas demandas monumentales a nuestros suelos y agua en nombre de
reemplazar el carbono fósil por biomasa viva.
¿La burbuja de la bioeconomía? Luego de no haber podido predecir el colapso de la
burbuja del punto com, de las hipotecas de alto riesgo, del pico de precios de los
alimentos y del colapso del sistema bancario – todo en una década – la OCDE habla
ahora de una “Economía Verde” totalmente nueva como el “próxima milagro” que
rescatará a sus industrias. Con ello está creando una nueva mitología en torno a la noción
de que la biomasa viva puede aprovecharse para una nueva revolución industrial que
mantendrá los actuales niveles de producción y consumo sin dañar el planeta. Este
colonialismo económico más disimulado sigue necesitando las tierras y el agua del Sur
global. Se quiere presentar como un regalo tecnológico que permitirá que África, Asia y
América Latina se beneficien del cambio climático. En el proceso, la bioeconomía podría
desestabilizar los mercados de materias primas – y concentrar el poder de la OCDE –
contando con un recurso que podría colapsar de ser utilizado en exceso.
Biología sintética: ¡hagan sus apuestas señores! – Lo absurdo se convierte en
existencial cuando tenemos en cuenta los remiendos tecnológicos que se proponen. La
biología sintética dice poder rediseñar el ADN para construir especies nuevas con
características nunca antes vistas en la naturaleza. Presumiendo que esto sea posible, se
nos pide que creamos que esos organismos experimentales no serán una amenaza para
nuestra economía o nuestros ecosistemas.

Si están contenidos en biorrefinerías – a pesar de la proliferación de sitios de producción
y las cantidades en juego – se nos dice que existe escaso peligro de contaminación
ambiental y que esas nuevas biofábricas pueden ser abastecidas de manera sustentable.
Otros con similar soberbia nos habían dicho que la energía nuclear sería segura y muy
barata de controlar; que la era química terminaría con el hambre y las enfermedades; que
la biotecnología también terminaría con el hambre y las enfermedades – y que no
contaminaría; y hace poco, que el cambio climático probablemente era un producto de la
imaginación. En otras palabras, se trata de hacer apuestas sobre Gaia (y nuestros niños)
utilizando formas de vida experimental a partir de hipótesis no probadas. Más que un
acaparamiento de la biomasa o un acaparamiento de tierras, esto es un asalto al planeta.
Recomendaciones: hacia una regulación democrática global del uso de la biomasa
Recomendaciones inmediatas:
1. La sociedad civil: la sociedad civil y, en especial, los movimientos sociales – quienes
se ven o se verán afectados por la nueva bioeconomía – necesitan unirse. Esto abarca a
comunidades indígenas y campesinas que luchan contra la expansión del agronegocio en
el movimiento por la soberanía alimentaria y aquéllos y aquéllas preocupados por la
protección de los bosques, la justicia climática, los productos químicos tóxicos, la
conservación de los mares, la protección de los desiertos, los derechos al agua y muchos
otros más. Necesitamos urgentemente una conversación entre los movimientos y una gran
coalición para analizar, enfrentar y confrontar a los nuevos Amos de la Biomasa.
2. Mandatos, objetivos y subvenciones: los gobiernos nacionales deben revisar su
apoyo a los biocombustibles, a la biotecnología industrial y a la bioeconomía en términos
más generales, a la luz de los posibles impactos sobre el Sur, la biodiversidad y otros
compromisos internacionales en materia de desarrollo. Los mandatos, objetivos y
subvenciones existentes para biocombustibles, bioproducción y producción de
bioelectricidad deberían abandonarse a favor del objetivo de reducir la producción y el
consumo generales. El dinero de los gobiernos destinado a la investigación debería
apoyar la evaluación de los costos ecológicos y sociales de la bioeconomía,
especialmente los biocombustibles de la próxima generación -como los combustibles en
base a algas, celulosa e hidrocarburos - y la biología sintética.
3. Definiciones legítimas: el uso de biomasa no es “neutral en carbono” y rara vez es
“renovable” desde la perspectiva de un ecosistema, y no debería ser presentado como tal.
Es necesario revisar las reglas de contabilidad del carbono, tanto a escala nacional como
internacional, de modo que reflejen el verdadero costo que tendría sobre la biodiversidad
—y el carbono— la eliminación, el procesamiento y el uso de la biomasa, incluidas las
emisiones por el cambio en el uso de la tierra, y que refleje el tiempo que llevaría volver
a almacenar ese carbono. El costo para las comunidades que ya dependen de esa vida
vegetal también debería hacerse evidente y calcularse.
4. Cambio climático: La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático (CMNUCC) debe cambiar radicalmente su apoyo institucional y financiero a la
bioenergía y la mercantilización de la biomasa. La CMNUCC debería revisar las reglas
del Protocolo de Kyoto referidas a la contabilidad del carbono para reflejar el hecho de
que las estrategias de la biomasa industrial no son neutrales en carbono (ver 3 arriba).
Deben tomarse medidas para eliminar la biomasa de las metodologías aprobadas por el
Mecanismo de Desarrollo Limpio, las propuestas REDD+ y el programa PFAN de la
iniciativa Climate Technology Initiative (CTI). Las nuevas tecnologías sobre la biomasa y
los nuevos usos de la biomasa no deberían considerarse aptos para recibir financiamiento
a través de los mecanismos destinados a hacer frente al cambio climático ni de cualquier
otro futuro mecanismo vinculado a la biodiversidad que movilice dinero para la
innovación.
5. Biodiversidad: se debería encomendar al Convenio de Naciones Unidas sobre la
Diversidad Biológica (CDB) su temprana consideración de la biología sintética y la
economía de la biomasa y debería tomar un rol de liderazgo en la exploración de las
posibles consecuencias para la diversidad biológica. En el espíritu del principio de
precaución, el CDB debería aplicar una moratoria de facto sobre la liberación ambiental y
el uso comercial de formas de vida nuevas construidas a través de la biología sintética, en
espera de mayores estudios y acuerdos precautorios y transparentes sobre la gobernanza.
6. Alimentos, bosques, agua y agricultura: la FAO y, en especial, su Comisión de
Recursos Genéticos y el Órgano Rector del Tratado Internacional sobre los Recursos
Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura deberían estudiar las consecuencias
de la biología sintética y el acelerado acaparamiento de la biomasa sobre la seguridad
alimentaria, los cultivos, el ganado, las especies acuáticas y los bosques. Junto con la
UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo), la
FAO también debería examinar las consecuencias sobre los mercados de materias primas
y el monopolio.
7. Derechos humanos: los procedimientos especiales del Consejo de Derechos Humanos
de Naciones Unidas, incluidos los relatores especiales sobre el derecho a la alimentación,
el derecho al agua, los derechos de los Pueblos Indígenas, así como el Representante
Especial del Secretario General sobre empresas transnacionales y derechos humanos, y el
experto independiente sobre pobreza extrema, deberían realizar una investigación
conjunta sobre las consecuencias que traería la biología sintética y la nueva bioeconomía
al pleno goce de los derechos humanos, particularmente para aquellos individuos,
comunidades y países cuyas tierras se verían afectadas por la búsqueda de nuevas fuentes
de biomasa.
8. Propiedad privada: la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI)
debería realizar una investigación inmediata del alcance y las consecuencia de las
recientes patentes y solicitudes de patente relacionadas con la biología sintética, en
función de las preocupaciones de orden público.
9. La “Economía Verde”: los gobiernos deben considerar cuidadosamente el papel
propuesto y la posible repercusión de la Economía Verde tal como está siendo presentada
para la Cumbre Rio+20 en Brasil, en 2012. El proceso preparatorio de Rio+20 debería
alentar un debate público mundial sobre todas las cuestiones socioeconómicas,
ambientales y éticas relacionadas con la utilización de la biomasa, la biología sintética y
la gobernanza de nuevas e incipientes tecnologías en general.
10. Gobernanza ambiental: el Grupo de Gestión Ambiental del Sistema de Naciones
Unidas debería llevar a cabo un estudio profundo de las consecuencias de la nueva
bioeconomía, particularmente en los medios de sustento, la biodiversidad y los derechos
de las comunidades afectadas. El estudio debe dar participación a todos los gobiernos y a
la más amplia gama de partes interesadas, especialmente los pueblos indígenas y
comunidades campesinas y del bosque.
Para el futuro cercano:
12. Gobernanza tecnológica: reconociendo que las nuevas herramientas de
transformación de la biomasa, tales como la biología sintética, son solo parte de un
conjunto de nuevas poderosas tecnologías a nanoescala que tienen vastas aplicaciones
para la economía y el ambiente, los gobiernos que se reunirán en Rio+20 deberían
adoptar un proceso de negociación que conduzca a un Tratado Internacional para la
Evaluación de las Nuevas Tecnologías (ICENT por su sigla en inglés), de carácter
jurídicamente vinculante. Este tratado debería permitir el monitoreo de las tecnologías
nuevas más importantes por parte de los gobiernos y todas las personas afectadas.
NOTAS
1. La cifra de 17 billones de dólares es, en el mejor de los casos, una estimación aproximada del valor de los mercados
afectados, derivada de la combinación del volumen de ventas estimadas de los siguientes sectores: gastos globales en
alimentos, 8.5 billones; el mercado global de la energía, 5 billones; el mercado global de la química, 3 billones; el
mercado global de textiles, 577 mil millones; el mercado global de productos de papel, 100 mil millones; el comercio
mundial de carbón, 144 mil millones y el mercado global de aditivos para la alimentación animal, 15.4 millones.
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31 Ibid
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33. La expresión “la Arabia Saudita de la biomasa” aparece en muchos lugares, usualmente como una afirmación espuria
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97. Ibíd.
98. Rastrojo de maíz: lo que es dejado en el campo después de la cosecha es esencial para los nutrientes de las plantas
y es un amortiguador que protege el suelo de las perturbaciones naturales y humanas. Su remoción indiscriminada para
usos industriales podría afectar adversamente la fertilidad y productividad del suelo. El artículo “Corn Stover Removal for
Expanded Uses Reduces Soil Fertility and Structural Stability”, de Humberto Blanco-Canquia y R. Lal, publicado por el
Society of American Soil Science Journal, n. 73, pp. 418-426, 2009, documentó, a lo largo de cuatro años, el impacto de
la remoción sistemática del rastrojo en parcelas seleccionadas, midiendo y comparando indicadores de fertilidad y de
estabilidad estructural en tres terrenos en el estado de Ohio. La remoción completa del rastrojo redujo el nivel total de
nitrógeno, en promedio, en 820 kilogramos por hectárea en suelos limosos. Redujo también la disponibilidad de fósforo
en 40% y afectó la capacidad de intercambio de cationes. El potasio intercambiable (K+) decreció 15% en los suelos
limosos en los que la remoción del rastrojo fue menor a 75%, y la reducción aumentó a 25% cuando la remoción fue
completa. El impacto más adverso de la remoción del rastrojo se observó en suelos con pendiente y en aquellos
propensos a la erosión.
99. GRAIN, “La agricultura campesina puede enfriar el planeta”, GRAIN, noviembre de 2009. Presentación multimedia
disponible en: http://www.grain.org/o/?id=95.
100. El Potencial de Calentamiento Global (GWP, Global Warming Potential) del óxido nitroso (N2O) es equivalente a 298
veces el del dióxido de carbono (CO2) en un horizonte medible de cien años, de acuerdo con información del Panel
Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) (2007). Para más detalles sobre los potenciales de calentamiento
global actualizados por el IPCC, véase: http://www.ipcc.ch/publications_and_data/ar4/wg1/en/ch2.html.
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130. Helmut Haberl et al., “Global human appropriation of net primary production (HANPP)”, The Encyclopedia of the
Earth, 29 de abril de 2010. Haberl apunta que el uso de la biomasa está asociado a considerables requerimientos previos
en la cadena productiva: El volumen de biomasa que realmente entra dentro del procesamiento socioeconómico (6.07
Kg. C/año) y que posteriormente es reprocesado para convertirse en productos derivados de la biomasa, como comida,
forraje, fibras textiles o energía es sólo apenas superior a un tercio (39%) de la apropiación humana de la producción
primaria neta (HANPP). De hecho, las cifras expuestas en Krausmann et al., sugieren incluso que, en promedio, el
consumo final global de una tonelada de biomasa requiere la cosecha de 3.6 toneladas de biomasa primaria y está
asociado con una producción primaria neta derivada del cambio de uso de suelo (NPPLC) de 2.4 toneladas. En conjunto,
esto implica que, promediando globalmente todas las regiones y productos de la biomasa, una tonelada de biomasa
usada en la producción, resulta en 6 toneladas de apropiación humana de la producción primaria neta, medida como
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